Según pasan los años
Con el tiempo cambiamos, no sólo en la estética, sino también en nuestra forma de actuar, de pensar y dar prioridades a la hora de tomar decisiones.
Esto se lo debemos a los años que pasan y nos van dejando no sólo arrugas y canas sino también experiencia de vida.
Ya buscamos cosas diferentes en nuestras posibles parejas, no sólo la estética que aunque digamos que no, influye, buscamos buenos sentimientos que acompañamos con algún detalle estético, que si antes era mínimo hoy toma dimensiones inesperadas!!!
Cambiamos pero ¿se dieron cuenta que hay gente de nuestro entorno que no lo nota? O no lo quieren notar…
Te encasillan en un lugar y ahí te dejan, no quieren detenerse a mirarnos y ver que si antes éramos celosos - un simple ejemplo- ya no lo somos tanto. ¿Por qué?... Y porque los años nos dieron seguridad, porque los años nos enseñaron que no sirven, que nos hacen mal y porque quién quiera estar con nosotros lo estará mientras dure y durará lo que deba durar.
La vida se va transformando de a poco en algo simple, perdemos el filtro y nos ponemos en exceso sinceros y si queremos a alguien se lo decimos y si no lo queremos simplemente lo dejamos de lado.
Nos ponemos más sensibles, más afectuosos y la familia pasa a ocupar un lugar primordial en nuestra escala de prioridades.
Las música es escuchada en su totalidad sin tener temor de ser “grasas” .Escuchamos las letras, nos sentimos identificados, le damos más importancia a los que dice que a quién lo canta.
Analizamos todo desde otra perspectiva y es acá donde quizás sufrimos porque hay gente que no crece, la vida les pasa por arriba y no les deja nada, no mutan, las experiencias vividas, buenas y malas, no dejan huellas.
Gente que si uno aprecia es mejor tomarlas como son, sin tratar de cambiarlas ya que evidentemente jamás crecerán en sus pensamientos, sólo lo harán cronológicamente.
Crecer, madurar, vivir y que no sea sólo una cuestión de despertar cada mañana, sino de aprender, no debe impedir que tengamos un buen espíritu, alegre y divertido, crezcamos pero no nos pongamos viejos de alma, jamás!!!
Hay que crecer y madurar pero jamás envejecer el espíritu.
Con el tiempo cambiamos, no sólo en la estética, sino también en nuestra forma de actuar, de pensar y dar prioridades a la hora de tomar decisiones.
Esto se lo debemos a los años que pasan y nos van dejando no sólo arrugas y canas sino también experiencia de vida.
Ya buscamos cosas diferentes en nuestras posibles parejas, no sólo la estética que aunque digamos que no, influye, buscamos buenos sentimientos que acompañamos con algún detalle estético, que si antes era mínimo hoy toma dimensiones inesperadas!!!
Cambiamos pero ¿se dieron cuenta que hay gente de nuestro entorno que no lo nota? O no lo quieren notar…
Te encasillan en un lugar y ahí te dejan, no quieren detenerse a mirarnos y ver que si antes éramos celosos - un simple ejemplo- ya no lo somos tanto. ¿Por qué?... Y porque los años nos dieron seguridad, porque los años nos enseñaron que no sirven, que nos hacen mal y porque quién quiera estar con nosotros lo estará mientras dure y durará lo que deba durar.
La vida se va transformando de a poco en algo simple, perdemos el filtro y nos ponemos en exceso sinceros y si queremos a alguien se lo decimos y si no lo queremos simplemente lo dejamos de lado.
Nos ponemos más sensibles, más afectuosos y la familia pasa a ocupar un lugar primordial en nuestra escala de prioridades.
Las música es escuchada en su totalidad sin tener temor de ser “grasas” .Escuchamos las letras, nos sentimos identificados, le damos más importancia a los que dice que a quién lo canta.
Analizamos todo desde otra perspectiva y es acá donde quizás sufrimos porque hay gente que no crece, la vida les pasa por arriba y no les deja nada, no mutan, las experiencias vividas, buenas y malas, no dejan huellas.
Gente que si uno aprecia es mejor tomarlas como son, sin tratar de cambiarlas ya que evidentemente jamás crecerán en sus pensamientos, sólo lo harán cronológicamente.
Crecer, madurar, vivir y que no sea sólo una cuestión de despertar cada mañana, sino de aprender, no debe impedir que tengamos un buen espíritu, alegre y divertido, crezcamos pero no nos pongamos viejos de alma, jamás!!!
Hay que crecer y madurar pero jamás envejecer el espíritu.
Moniiiiii está re bueno el blog!! Te felicitoo!!!
ResponderEliminarSeguiré leyendo las notas periodísticas de tu interés!!
Besitoss!