Las fiestas
Navidad o como quieras llamarla, existe, está, es el día número 25 del mes de diciembre y siempre está en el calendario.
Más allá del fastidio que nos de festejarla, hay que hacerlo y se paga con el sólo hecho de ver la cara de los más chicos cuando ven los regalos puestos en el árbol, casi mágicamente para ellos, pasadas las doce de la noche.
Comer y beber, comer y beber, podemos estar horas y días haciéndolo, ya que nos juntamos al medidia para comer lo que sobró, que siempre es mucho, ¿Por qué calculamos tanta comida?
Fin de año es mucho más llevadero, porque uno siente que todo cambiará ese día, que lo malo quedó atrás y que sólo vienen cosas buenas, proyectamos todo para “el año que viene”, y ahí ponemos todas nuestras esperanzas.
Hacemos balances y por este motivo es que uno llega al 31 entre deprimido y asustado, ya que es imposible salir ganado en el maldito balance, que todavía no entiendo porqué lo debemos hacer a fin de año, ¿será para arruinarnos el 31 a la noche?
Balances hacen las empresas y es en base a números, también pueden salir ganando o perdiendo, pero la vida no esta basada en las matemáticas y ahí es donde fallan nuestros balances.
Ojala fuera tan simple como eso, dos más dos, es cuatro, y podrán costarnos más o menos los cálculos, pero son exactos y las experiencias que debemos vivir no lo son.
Entonces les propongo, BASTA DE BALANCES, son malos y no coinciden con la vida, son buenos para los números, no para nosotros.
Pensemos que hicimos bien, disfrutemos de eso y si hicimos algo mal, bueno somos humanos y podemos cometer errores, es parte de nuestra naturaleza.
Hagamos de nuestra vida lo mejor posible, no nos exijamos perfección, nunca la lograremos por más esfuerzo que hagamos, seamos felices con las buenas decisiones que tomamos y con las malas, aprendamos de ellas y si no lo logramos, entonces tratemos de llevarlas con nosotros lo mejor posible.
Seamos felices, disfrutemos de nuestros logros, hagamos que nuestra vida salga de la rutina, trabajemos con humor, hagamos lo que sentimos, sin molestar a los otros, abracemos, amemos y odiemos, pero con todo lo que hagamos, seamos conscientes que son nuestras decisiones acertadas o no y nunca olvidemos que estamos buscando nuestra felicidad.